Corpus Christi 2025
El domingo 22 de junio de 2025 a las 12:30 se celebró la solemnidad externa del Corpus Domini en la Capilla de Nuestra Señora de la Merced.
Tras la Santa Misa, el Santísimo Sacramento fue llevado en procesión por las calles del barrio, acompañado por los fieles y la banda de la Agrupación de Nuestra Señora de la Sierra. Con breves estaciones de oración y bendición del Santísimo, la comunidad rindió culto público a Cristo sacramentado.
La fiesta de Corpus Christi tiene su origen en el siglo XIII. Sus inicios se atribuyen a Santa Juliana de Lieja, religiosa agustina que, movida por revelaciones privadas, deseaba una celebración centrada exclusivamente en la presencia real de Nuestro Señor en la Eucaristía. El obispo Roberto de Thourotte aprobó la fiesta en Lieja (1246) y, pocos años después, su antiguo archidiácono Jacobo Pantaleón (ya papa Urbano IV) la extendió a toda la Iglesia latina mediante la bula Transiturus de hoc mundo (1264) para “avivar la fe, alimentar la esperanza y encender la caridad” hacia el Santísimo Sacramento del Altar, el primer decreto pontificio que instituía una solemnidad universal.
Diversas crónicas piadosas relatan que Urbano IV solicitó el oficio litúrgico de la fiesta tanto a Santo Tomás de Aquino, dominico, como a San Buenaventura, franciscano. Ambos habrían acudido a Orvieto con sus manuscritos ante el Papa. Tomás leyó primero el suyo (con himnos como Pange lingua, Lauda Sion, Verbum supernum, etc.) y su belleza conmovió tanto a Buenaventura que este, en un gesto de humildad, rasgó el propio oficio que él había escrito antes siquiera de presentarlo.
Los historiadores modernos subrayan que no existen fuentes que confirmen la anécdota y consideran que Urbano IV confió directamente la composición a Santo Tomás, pero la historia ilustra la estima mutua entre los dos grandes Doctores y la recepción temprana de los himnos eucarísticos que aún hoy canta la Iglesia.
Fiel a la tradición, la comunidad de la Capilla de Laforja acompañó al Santísimo Sacramento mientras el barrio se unía al paso del Señor. Así se recuerda cada año la enseñanza perenne: “El Pan de los ángeles se hace alimento de los caminantes”. Cristo permanece con nosotros todos los días hasta el fin del mundo y a su paso queda constancia de que la Luz venció a las tinieblas.
La celebración concluyó con la bendición y la reserva del Santísimo.