Procesión de Corpus Christi

Dicen que un día San Francisco salió del pequeño templo de la Porciúncula llorando amargamente. Sus compañeros, al darse cuenta, le preguntaron qué le pasaba, y él les respondió: “He visto las iglesias del mundo llenas de gente rezando”. Ellos no entendieron cómo podía ser ese el motivo de su dolor. San Francisco añadió: “Todos van a la iglesia a pedir”, y gritó: “¡El Amor no es amado! ¡El Amor no es amado!”.

Exposición del Santísimo Sacramento.

El pasado domingo 2 de junio de 2024, en un espléndido mediodía de primavera, con un brillante sol dispuesto por Dios después de la lluviosa noche anterior, comenzó la celebración de Corpus Christi con la Santa Misa según el rito tradicional en la Capilla de Nuestra Señora de la Merced y San Pedro Apóstol.

Conocida por su feligresía como la Capilla de Laforja, por la calle de Barcelona en la que está ubicada, esta pequeña pero acogedora capilla, acostumbrada a la solemne celebración de la Santa Misa, cantada los domingos y rezada los miércoles, se vistió de gala para tan hermosa solemnidad.

La Santa Misa fue celebrada, como es habitual, por el padre Carlos Barba, y contó con la interpretación de canto litúrgico de la soprano Evelyn Johnson para mayor Gloria de Dios y provecho de los fieles. A destacar la secuencia Lauda Sion Salvatorem, propia de la solemnidad de Corpus Christi, verdadera catequesis sobre la Eucaristía compuesta por Santo Tomás de Aquino.

Finalizada la Misa, se procedió a la sencilla pero emotiva procesión de Corpus por las calles colindantes a la capilla. Tal como el mismo Padre Carlos Barba pronunció en la homilía, el día del Corpus los cristianos sacamos a la calle lo mejor que tenemos, a Nuestro Señor Jesucristo que, aunque escondido tras la humilde apariencia del Pan Eucarístico, está realmente presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en el Santísimo Sacramento.

Durante la procesión, al contemplar el Santísimo Sacramento, no se podía hacer otra cosa que recordar las palabras de nuestro Buen Jesús a Santa Margarita María Alacoque: “Mira este Corazón que tanto ha amado a los hombres y en cambio, de la mayoría, no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este Sacramento de Amor”. Porque ciertamente es ese mismo Sagrado Corazón el que, al son de la banda, y mientras se lanzaban pétalos a su paso, procesionaba ante las miradas, curiosas algunas, verdaderamente piadosas otras, de los que por allí pasaban.

Bendicion Custodia Santisimo Sacramento

Bendición con el Santísimo Sacramento.

El Padre Carlos Barba, cada vez que la procesión pasaba por un cruce de caminos, ordenaba la detención de la misma y, como queriendo hacer llegar la Gracia de Dios a los cuatro puntos cardinales y empapar de ese Rocío de lo Alto el barrio y todas sus gentes, realizaba la solemne bendición con el Santísimo Sacramento.

Por último, al volver la procesión hasta la capilla y antes de reservar al Santísimo, se cantó al unísono el preciosísimo himno Tantum ergo, también escrito por Santo Tomás de Aquino en honor a la Eucaristía. Y como guinda de tan sublime celebración, se acabó cantando, con toda devoción, el emotivo himno Cantemos al Amor de los amores para que, por un momento, San Francisco sonriera desde el cielo y gritara: “¡El Amor es amado! ¡El Amor es amado!”.

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